martes, 22 de abril de 2014

Marea negra

Las primeras declaraciones oficiales pretendían minimizar la catástrofe evitando utilizar la palabra 'marea' y hablar sólo de un vertido, asegurando además que el hundimiento no tendría graves efectos sobre el medio ambiente. Estas valoraciones fueron matizadas después por el Presidente del Gobierno, José María Aznar, cuando admitió que el ejecutivo había cometido «errores de apreciación».
"> La realidad es que en las primeras 20 horas tras el accidente, el Prestige vertió al mar entre 10500 e 21000 toneladas,[y que siguió echando fuelóleo durante todo su recorrido frente a la costa hasta el momento de su hundimiento. Este primer vertido, el que se produjo antes de su hundimiento, provocó una marea negra a partir del día 16, que afectó a 190km de costa de la provincia de La Coruña: Mugía, Camariñas, Corme y Lage; pero especialmente Malpica, Roncudo y Touriñán. Una vez el barco ya había naufragado se produjo un nuevo vertido, estimado en 10000 toneladas, que provocó una segunda marea negra. Esta llegó a la costa a partir del 29 de noviembre, hasta el 10 de diciembre, y afectó desde Mugía hasta las Islas Cíes, aunque sobre todo al Parque Nacional de las Islas Atlánticas a partir del día 4 de diciembre.
"> Un cambio en la dirección de los vientos dirigió hacia el norte las manchas, así como las que seguía liberando el pecio, unas 125 toneladas diarias, para dar lugar a una tercera marea negra que afectó a las costas de las Rías Bajas, Riveira y la Costa de la Muerte entre el 6 de diciembre y el 8 de enero. Esta gran mancha, más o menos fragmentada, superó la costa occidental gallega a partir del 23 de diciembre adentrándose en el Cantábrico, por lo que los primeros restos de chapapote llegaron a Cantabria el 4 de diciembre; y a Asturias y País Vasco el 6 de diciembre. Francia comenzó a sufrir los efectos de la marea negra el 31 de diciembre.
"> El volumen definitivo del fuel vertido se estimó en 63000 toneladas, pero lo cierto es que las cifras que las autoridades iban ofreciendo en los medios de comunicación fueron muy dispares e incluso contradictorias, aumentando según se iban conociendo mejor los hechos y admitiendo la gravedad del accidente. Mientras tanto, desde el Ministerio de Fomento, se afirmaba el 15 de noviembre que «El petrolero ya no pierde fuel», y Fernández de Mesa aseguraba el 19 de noviembre que «ha vertido 3000 o 4000 toneladas», para decir después, el 21 de noviembre, «Hay una cifra clara, y es que la cantidad vertida no se sabe».
"> Santiago Martín Criado, perito del juzgado de Corcubión, presentó en 2008 las siguientes valoraciones del fuel que vertió el barco: 23500 toneladas las primeras horas, hasta el momento de iniciarse el remolcado la madrugada del 14 de noviembre; 1870 toneladas durante el viaje entre el 14 y el 19, a razón de unas 130 toneladas/hora; 12150 toneladas durante la ruptura y el hundimiento, procedentes principalmente del tanque central número 4; 8000 toneladas desde el momento del naufragio hasta que comenzaron las labores de recuperación en 2004; y 13700 toneladas recuperadas por las bolsas lanzaderas de Repsol. Estima finalmente que el resto que pudo quedar en los tanques del pecio se puede cifrar en 700 toneladas.
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